
Fue recogido atropellado, sin ningún movimiento en las patitas traseras.
Su rehabilitación duro meses hasta que logró incorporarse. Posteriormente fue diagnosticado con cáncer, el cual le hizo perder un ojito y su orejita. Para el, esto no era ningún inconveniente, siguió feliz, comiendo, jugando, amando a sus compañeritos y a nosotros, siempre con esa hermosa mirada sin sufrimiento.
El quería seguir viviendo porque aún tenía una excelente calidad de vida. Lucho como LOS GRANDES, no quería dejarnos. Tuvimos el privilegio de tenerlo 5 años en el Refugio. Ahora ya se encuentra descansando con DIOS. Gracias AMIGO porque fuiste un ejemplo de vida para todos nosotros.